Si estás viendo este video HOY, en el día de la Virgen del Carmen, no es una casualidad.
Es una cita divina. Escucha con atención, porque el Cielo está especialmente abierto para ti.
Hay momentos en que la vida nos pone de rodillas.
Conoces esa sensación.
Esa deuda que te ahoga y no te deja dormir, ese diagnóstico que te congela el alma, ese problema familiar que te desgarra y parece no tener solución.
Esa es una «necesidad urgente».
Esa angustia que te aprieta el pecho y te hace sentir que ya no puedes más.
Pero hoy, justo hoy, en el día de su celebración, nuestra «Estrella del Mar», la Santísima Virgen del Carmen, tiene una gracia especial para escuchar tus súplicas más desesperadas.
Ella, que guía a los marineros en las peores tormentas, está lista en este momento para tomar el timón de tu vida.
Esta oración no es una más. Es una línea directa al corazón de una Madre en su día.
Es tu oportunidad de entregarle esa carga imposible, ese nudo que no puedes desatar, y decirle con total rendición:
«Madre, ya no puedo. Te lo entrego a ti. Obra Tú».
Prepárate para sentir su intercesión. Cierra los ojos. Conéctate con la fe de millones de personas que hoy la celebran. Y con un corazón lleno de confianza, reza conmigo:
«Oh, Santísima Virgen del Carmen, Reina y Madre, Estrella del Mar.
En este día sagrado consagrado a ti, vengo a tus pies de rodillas, con el corazón en la mano y el alma necesitada de tu auxilio.
Hoy, más que nunca, imploro tu poderosa intercesión.
Te presento mi necesidad más urgente (menciona en tu corazón ese problema que te aplasta).
Tú la conoces, Madre. Ves mi angustia, mis lágrimas y mi desesperación.
En tu día de gracia, te lo entrego todo. Toma el timón de mi vida, calma esta tormenta furiosa y guíame a un puerto seguro.
Te ruego que lleves mi petición ante tu Hijo, Jesús, y le pidas que, por tu amor y en honor a tu día, me conceda el milagro urgente que tanto necesito.
Confío en ti, Madre. Sé que hoy me escuchas de una manera especial. Amén.»
Respira hondo. Siente la paz que comienza a descender sobre ti.
Has puesto tu causa en las manos de la intercesora más poderosa, en su día más especial. Confía. La respuesta está en camino.
Guarda esta oración. Y compártela hoy, porque tu fe puede ser el canal para el milagro de alguien más en este día de bendición.
Para poner tu necesidad urgente a los pies de la Virgen, en su día, escribe con toda la devoción de tu alma en los comentarios:
«MADRE, ESCÚCHAME».
Enviado por: Dulce María (México).
