Hoy es el día de la Virgen de Chiquinquirá Oración para una Petición Especial
Si ves esto HOY, no es casualidad.
En su día, la Virgen de Chiquinquirá tiene un poder especial para escuchar y conceder tu petición más anhelada.
Hay un anhelo que guardas en lo más profundo de tu alma. Esa petición que susurras en silencio, esa súplica que llevas como un nudo en la garganta.
Es tu «petición especial», esa que parece imposible, esa que lo cambiaría todo.
Pero hoy, el cielo se abre de una manera diferente.
Hoy celebramos a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, la «Chinita», la Reina y Patrona que renovó su propia imagen en un lienzo humilde para mostrarnos que los milagros nacen de la fe.
Así como su imagen recuperó sus colores y su brillo, hoy Ella quiere renovar tu vida. Esta oración no es solo una lista de deseos; es un acto de amor y entrega.
Es acercarte a Ella como un hijo a su Madre y decirle:
«Madre, conoces mi corazón. Te entrego esta carga, esta necesidad, este sueño. Confío en tu intercesión milagrosa».
Al rezarla hoy, en su día, te conectas con una energía divina amplificada.
Siente cómo su manto te cubre, cómo la paz comienza a reemplazar la ansiedad y cómo la certeza de ser escuchado inunda tu espíritu.
Ella es la «Estrella de la Evangelización» y hoy quiere ser la estrella que guía tu vida hacia tu milagro. 🇨🇴🇻🇪
Guarda esta oración para tenerla siempre cerca.
Compártela con todos los devotos de nuestra amada Chinita y extiende su bendición.
Para poner tu petición especial a sus pies, escribe con devoción «MADRE, CONFÍO EN TI». 👇
Hoy es el día de la Virgen de Chiquinquirá, Oración para una Petición Especial.
Escucha. Si este video ha llegado a ti precisamente hoy, no es una casualidad. No es un algoritmo.
Es una cita divina, un llamado personal de nuestra Madre del Cielo en su día.
Sé que guardas un anhelo en lo más profundo de tu alma.
Esa petición que a veces no te atreves a decir en voz alta, esa súplica que llevas como un nudo en la garganta y un peso en el corazón.
Es tu «petición especial». Esa que parece imposible.
Esa que, si se cumpliera, lo cambiaría todo para ti y para tu familia.
Has luchado, has esperado, has intentado mantener la fe. Pero hoy, el cielo se abre de una manera diferente.
Hoy celebramos a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.
A nuestra amada «Chinita».
La Reina y Patrona que nos enseñó la lección más grande sobre la esperanza: el poder de la renovación.
Recuerda su historia.
Aquel lienzo humilde, viejo y olvidado, que por el poder de la fe y la oración de una mujer devota, recuperó milagrosamente sus colores y su brillo celestial ante los ojos de todos.
Ese no es solo un milagro del pasado; es una promesa para ti, hoy.
Así como su imagen fue renovada, hoy Ella quiere renovar tu vida.
Quiere restaurar la esperanza donde hay cenizas, poner color donde todo se ve gris, y traer luz a la oscuridad de tu problema.
Esta oración que vamos a hacer no es solo una lista de deseos.
Es un acto de entrega total.
Es acercarte a Ella como un hijo se acerca a su Madre, con el corazón en la mano, para decirle:
«Madre, conoces mi necesidad mejor que yo. Te entrego esta carga. Te entrego este sueño. Confío ciegamente en tu intercesión milagrosa».
Al rezar hoy, en su día, te conectas con una energía divina amplificada.
Prepárate para sentir cómo su manto te cubre, cómo una paz inexplicable comienza a reemplazar la ansiedad, y cómo la certeza de ser escuchado inunda tu espíritu.
Ahora, busca un momento de paz. Cierra los ojos y trae a tu mente esa petición especial.
Siente todo el peso de ella. Y ahora, prepárate para entregársela a la Reina del Cielo.
Con toda tu devoción, reza conmigo:
«Oh, Gloriosa Reina de Colombia y amadísima Virgen de Chiquinquirá.
Estrella de la Evangelización y Madre de la Esperanza Renovada.
En este día sagrado en que el Cielo y la tierra celebran tu nombre, me postro humildemente a tus pies.
Vengo a ti recordando el milagro asombroso que obraste en tu sagrado lienzo.
Así como renovaste los colores y devolviste el brillo a tu imagen borrada, te suplico hoy que renueves mi vida.
Tú que hiciste lo imposible en la tela, haz lo imposible en mi realidad.
Madre Santísima, mi ‘Chinita’ amada, te presento ahora mi petición especial.
Esa que guardo en el secreto de mi corazón…
(tómate un segundo para presentarle tu petición con tus propias palabras).
Tú la conoces, Madre. Conoces las lágrimas que he derramado, las noches sin dormir, la fe que a veces flaquea.
Hoy, la pongo en tus manos maternales. La suelto. Ya no la cargo yo, te la entrego a ti.
Toma esta situación que parece no tener solución y transfórmala con tu gracia, así como transformaste tu imagen.
Desata los nudos, abre los caminos y manifiéstate con poder.
Confío en ti. Confío en tu amor. Confío en que, en tu día, tu intercesión es aún más poderosa.
Cúbreme con tu manto, guíame con tu luz y llévame de la mano hacia el milagro que con tanta fe hoy te pido.
Gracias, Madre, porque sé que ya me has escuchado. Amén.»
Permanece un momento en esa paz.
Siente la ligereza de haber entregado tu carga.
La Reina del Cielo la tiene en sus manos.
Guarda esta oración para tenerla siempre cerca. Y comparte esta bendición. Extiende el manto de la Chinita a todos sus devotos en su día.
Para dejar tu petición especial a sus pies y unirte a esta cadena de fe, escribe con toda tu devoción y confianza en los comentarios:
«MADRE, CONFÍO EN TI».
Enviado por: Dulce María (México).
Hoy es el día de la Virgen de Chiquinquirá Oración para una Petición Especial.
