Cubre a tus hijos con la Sangre de Cristo y verás milagros en su vida

Cubre a tus hijos con la Sangre de Cristo y verás milagros en su vida.

Cubre a tus hijos con esta oración.

La oración más poderosa que puedes hacer por tus hijos es cubrirlos con la Sangre de Cristo.

Señor amado, hoy vengo ante Ti con un corazón lleno de fe y esperanza, trayendo en mis manos a los tesoros más grandes que me has dado: mis hijos.

En medio de un mundo que cambia, que confunde, que a veces hiere, quiero cubrirlos con la Sangre preciosa de tu Hijo Jesucristo.

Declaro en este momento, con toda la fuerza de mi alma, que ningún mal prevalecerá contra ellos, porque están sellados, protegidos y consagrados por el poder de la Sangre del Cordero.

Señor, si mis hijos están en peligro, cúbrelos con tu Sangre.
Si están tristes, abrázalos con tu Sangre.
Si están confundidos, guíalos con tu Sangre.
Si están enfermos, sáname con tu Sangre.

No importa cuántos años tengan ni lo lejos que estén de mí, porque no hay distancia que la oración no pueda recorrer, ni barrera que tu Sangre no pueda romper.

Hoy coloco sus pensamientos, sus emociones, sus decisiones, su cuerpo, su alma y su espíritu bajo el poder de la Sangre de Cristo.

Que ninguna palabra de maldición tenga poder sobre ellos, que ninguna enfermedad pueda tocar sus cuerpos, que ningún enemigo tenga autoridad para herirlos.

Señor, cúbrelos cuando duerman y cuando despierten, cuando estudien o trabajen, cuando salgan y cuando regresen.

Rodea su vida con ángeles guerreros y pon una muralla espiritual a su alrededor.

Rompe con todo lo que quiera alejarlos de tu voluntad.

Quita de su camino a las malas amistades, las malas influencias y las decisiones que los alejen de tu luz.

Padre, si están luchando en silencio, muéstrales que no están solos.

Si han cometido errores, recuérdales que tu misericordia es más grande que su culpa.

Si están caminando por caminos oscuros, envía tu luz y tráelos de vuelta a casa.

Yo creo, Señor, que tu Sangre tiene poder para sanar, para liberar, para transformar, para renovar.

Y hoy declaro con autoridad espiritual que mis hijos están cubiertos de bendición, envueltos en gracia, rodeados de favor y protegidos por el cielo.

Señor, no permitas que el enemigo robe su identidad, su propósito ni su futuro. Haz que cada promesa que has escrito para ellos se cumpla en su tiempo perfecto.

Dales sabiduría para decidir, fuerza para avanzar, fe para confiar y humildad para buscarte cada día.

Hazlos sensibles a tu voz y firmes ante las tentaciones.

Levanta a mis hijos como portadores de tu luz en este mundo.

Que donde vayan, se note que están marcados por tu presencia.

Que sus palabras edifiquen, que sus acciones inspiren y que sus pasos sigan el camino de la verdad.

Señor, gracias por escuchar esta oración.

Gracias por cuidarlos incluso cuando yo no estoy.

Gracias por amarlos más de lo que yo puedo imaginar.

Hoy descanso en la certeza de que están en tus manos.

Y no hay lugar más seguro que ese.

Amado Jesús, que tu Sangre poderosa los acompañe todos los días de su vida.

Y que cuando yo ya no esté, esta oración siga viva en el cielo, cubriéndolos eternamente. Amén.

Enviado por: Dulce María. (México).

Cubre a tus hijos con esta oración.

Cubre a tus hijos con la Sangre de Cristo y verás milagros en su vida.