¡Invoca a San Miguel! Esta oración tiene un poder que no imaginas.
Si escuchas esta oración hasta el final, San Miguel actuará en tu vida de una manera que NUNCA imaginaste.
¡No pares de escuchar!
¿Listo para recibir una protección sobrenatural?
Esta oración a San Miguel Arcángel ha cambiado miles de vidas.
¡Oh, glorioso San Miguel Arcángel, príncipe de las milicias celestiales, defensor invencible de los hijos de Dios, escucha mi clamor en este instante, porque hoy, más que nunca, necesito tu protección divina!
Te invoco con el corazón en llamas, sabiendo que tu espada de luz corta las cadenas del mal, que tu presencia derrota las tinieblas y que tu nombre hace temblar al enemigo;
¡No permitas que ninguna fuerza oscura se acerque a mí, a mi familia, ni a mis seres queridos!
Cubre mi hogar con tu manto sagrado, guarda mis pasos con tu poder y defiéndeme en las batallas que no puedo ver, porque confío en que, donde tú estás, el infierno no prevalece.
San Miguel, guerrero santo, tú que arrojaste a Lucifer al abismo, dame tu fuerza para resistir las tentaciones, tu valentía para enfrentar los desafíos y tu fe inquebrantable para creer en los milagros;
intercede por mí ante el trono de Dios, lleva mis súplicas al Altísimo y no permitas que ninguna maldición, hechicería o envidia toque mi destino.
¡Por la sangre de Cristo, sella mi mente contra pensamientos impuros, mi corazón contra el odio y mi espíritu contra la desesperanza!
Que cada palabra de esta oración active tu ejército de ángeles alrededor mío, que cada sílaba sea un golpe contra el mal y que cada latido de mi corazón grite:
¡Viva San Miguel Arcángel!
Te pido, guerrero celestial, que me libres de peligros ocultos, de accidentes, de traiciones, de enfermedades y de todo mal que acecha en la sombra;
abre mis ojos para ver las trampas del enemigo, fortalece mis manos para construir mi bendición y guía mis decisiones para que siempre honren a Dios.
San Miguel, no me abandones en la lucha, no me dejes caer en la derrota, no permitas que el miedo me paralice;
Dame tu armadura de luz, tu escudo de fe y tu corona de victoria, porque hoy declaro que, contigo a mi lado, soy más que vencedor.
Y si alguna vez flaqueo, si el cansancio quiere robarme mi fe, si las pruebas parecen aplastarme,
¡Recuérdame que llevas mi nombre escrito en tu corazón y que jamás dejas desamparado a quien clama con verdadero arrepentimiento!
¡Gracias, poderoso Arcángel, por escucharme, por combatir por mí y por ser mi guardián en esta tierra!
Que cada alma que recite esta oración sienta tu fuego sagrado, tu paz indestructible y tu victoria asegurada.
Amén, amén, amén, que así sea por los siglos de los siglos. ¡Gloria a Dios en el cielo, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad! Amén.
Enviado por: Dulce María. (México).
Invoca a San Miguel Esta oración tiene un poder que no imaginas.