Mes de María Clamor Urgente a Dios y la Virgen por un Milagro YA.
Detén todo… Este instante puede ser la respuesta que esperas.
¿Necesitas un milagro AHORA? Únete a este clamor urgente a Dios y la Virgen María en este mes especial. ¡Tu fe puede obrar maravillas!
Amado Dios, Padre de misericordia y fuente de toda gracia, en este mes bendito dedicado a la Santísima Virgen María, nuestra tierna Madre celestial, elevamos nuestras voces en un clamor urgente, con la fe puesta en tu infinito poder y en la poderosa intercesión de aquella que te dio al mundo.
En este instante de necesidad y esperanza, unimos nuestras plegarias con la certeza de que escuchas el anhelo profundo de nuestros corazones y que tu amor incondicional siempre está dispuesto a socorrernos.
Señor, en este Mes de María, donde el perfume de las flores se mezcla con la dulzura de su nombre, acudimos a ti con la urgencia de quienes reconocen su fragilidad y su dependencia de tu divina providencia.
Te presentamos nuestras angustias, nuestras dolencias, nuestras preocupaciones y aquellos anhelos que claman por un milagro en nuestras vidas.
Tú conoces, Padre bueno, las pruebas que enfrentamos, las cargas que llevamos y las lágrimas que a veces derramamos en silencio.
Virgen María, Madre amorosísima, refugio de los pecadores y consuelo de los afligidos, a ti dirigimos también nuestro clamor en este mes que te honra de manera especial.
Tú, que experimentaste el dolor y la alegría, la incertidumbre y la esperanza, comprendes nuestras tribulaciones y te conviertes en nuestro puente hacia el corazón de tu Hijo Jesús.
Con la confianza de hijos que acuden a su madre, te suplicamos que presentes nuestras necesidades ante tu divino Hijo, aquel que todo lo puede y cuyo amor no tiene límites.
En este clamor urgente, Señor, te pedimos especialmente por aquellos que sufren en cuerpo y alma, por los enfermos que anhelan la sanación, por los que viven en la soledad y el abandono, por aquellos que atraviesan momentos de desesperación y por quienes han perdido la esperanza.
Que tu mano sanadora se extienda sobre ellos, que tu amor los reconforte y que la luz de tu esperanza ilumine sus caminos.
Madre María, tú que conoces la premura de las necesidades humanas, intercede por nosotros con tu corazón maternal.
Alcánzanos de tu Hijo Jesús la gracia que tanto anhelamos, ese milagro que parece imposible a nuestros ojos pero que para Dios todo es posible.
Enséñanos a confiar en la voluntad divina, a perseverar en la oración y a mantener viva la llama de la fe, incluso en los momentos más oscuros.
Señor, en este clamor que brota desde lo más profundo de nuestro ser, te pedimos fortaleza para afrontar las pruebas, sabiduría para tomar decisiones acertadas y paciencia para esperar en tu tiempo perfecto.
Que no desfallezcamos ante la adversidad, sino que, inspirados en el ejemplo de fe de la Virgen María, mantengamos nuestra mirada fija en ti, sabiendo que eres nuestro refugio y nuestra fortaleza.
Madre Santísima, en este Mes de María, ayúdanos a imitar tus virtudes, tu humildad, tu obediencia y tu amor incondicional a Dios.
Que tu ejemplo nos guíe en nuestro caminar cristiano, que nos enseñe a decir «sí» a la voluntad del Padre y a entregarnos por completo a su plan de amor.
Que tu presencia maternal nos acompañe en cada paso que damos y nos proteja de todo mal.
Dios Todopoderoso, escucha este clamor urgente que elevamos a ti en unión con la Virgen María.
Manifiesta tu poder en nuestras vidas, concédenos los milagros que necesitamos y fortalece nuestra fe para seguir adelante con esperanza y confianza.
Que este Mes de María sea un tiempo de gracia abundante, de sanación, de consuelo y de renovación espiritual para todos nosotros.
Con la certeza de que nuestra oración llega a tu trono de gracia a través del corazón inmaculado de María, esperamos con fe la respuesta a nuestro clamor.
Que tu voluntad se cumpla en nuestras vidas, Señor, y que podamos experimentar la alegría de tus milagros. Amén.
Enviado por: Dulce María. (México).
Mes de María Clamor Urgente a Dios y la Virgen por un Milagro YA.
