ORACION a SAN JOSE DORMIDO que nunca FALLA para peticiones urgentes
Oh San José, custodio fiel y padre amoroso, te invocamos en este momento de necesidad y urgencia.
Tú, que descansaste en la confianza del Señor y supiste escuchar su voz en tus sueños, venimos a ti con humildad y esperanza.
En tu sueño, recibiste mensajes divinos que guiaron tus pasos y protegieron a tu sagrada familia.
Que tu tranquilidad y paz en medio de las dificultades nos inspiren hoy a confiar en la providencia divina, incluso cuando nuestras preocupaciones y ansiedades nos agobien.
San José, tú que experimentaste la incertidumbre y la angustia, comprendes nuestras preocupaciones terrenales y nuestras peticiones más íntimas.
Intercede por nosotros ante el trono de Dios, para que nuestras súplicas sean escuchadas y nuestras necesidades sean atendidas.
Te imploramos, oh San José dormido, que nos ayudes en esta hora de necesidad.
Fortalece nuestra fe y confianza en la sabiduría divina, para que podamos aceptar con humildad y serenidad la voluntad de Dios en nuestras vidas.
Te pedimos que intercedas por nuestras peticiones urgentes y desesperadas.
Concédenos, oh San José, la gracia de superar estos desafíos y dificultades con la misma fortaleza y confianza que tú mostraste en tu vida terrenal.
Que tu ejemplo de humildad, obediencia y trabajo diligente sea para nosotros un modelo a seguir en nuestro camino de vida.
Ayúdanos a encontrar la paz en medio de las tormentas, y danos la gracia de sentir la presencia amorosa de Dios en cada paso del camino.
Oh San José, protector de la Sagrada Familia y modelo de todas las virtudes, ruega por nosotros ante el trono de Dios.
Que nuestras súplicas lleguen a tus oídos y sean presentadas ante el Señor con todo el amor y la devoción de nuestros corazones.
Concédenos, oh San José, la gracia de experimentar la paz y la alegría que provienen de confiar en la providencia divina.
Que en medio de nuestras preocupaciones y ansiedades, podamos encontrar consuelo y esperanza en la poderosa intercesión de tu amoroso corazón.
Oh San José Dormido, fiel guardián y protector de la Sagrada Familia, hoy nos reunimos humildemente ante ti para expresar nuestra profunda gratitud y reconocimiento por tu constante intercesión y cuidado amoroso.
En tu sueño, recibiste la llamada de Dios para ser el custodio del Niño Jesús y el esposo de la Virgen María.
Aunque dormías, tu corazón estaba despierto y atento a la voluntad divina.
Con humildad y obediencia, aceptaste esta misión sagrada y dedicaste tu vida al servicio de Dios y su amada familia terrenal.
San José, tú que trabajaste en silencio y humildad, enseñándonos el valor del servicio desinteresado y la importancia de confiar en la providencia divina, te damos gracias por tu ejemplo inspirador.
En cada paso de tu vida, demostraste una fe inquebrantable y una devoción incomparable hacia Dios.
Gracias, San José, por tu amoroso cuidado y protección, por velar por nuestras necesidades y preocupaciones, y por interceder por nosotros ante el trono de Dios.
Tú, que conoces nuestras alegrías y nuestras penas, nuestras esperanzas y nuestros temores, siempre estás presente para escuchar nuestras súplicas y ofrecer tu ayuda paternal.
Te agradecemos, oh San José, por tu silenciosa presencia en nuestras vidas, por tu guía y tu orientación en momentos de incertidumbre, y por tu constante intercesión en favor de nuestras necesidades más profundas.
Gracias por estar siempre ahí, aún en los momentos en que no te invocamos, cuidándonos y protegiéndonos con tu amor infinito.
Hoy, en este día de acción de gracias, queremos expresar nuestro más profundo agradecimiento por todas las bendiciones que hemos recibido a través de tu poderosa intercesión.
Gracias por tu constante compañía en nuestro viaje de fe, por tu amor y tu bondad que nunca fallan, y por tu protección que nos rodea como un manto protector.
Que nuestra gratitud, oh San José, sea un reflejo de nuestro amor y devoción hacia ti, y que podamos seguir tu ejemplo de servicio desinteresado y obediencia amorosa a la voluntad de Dios en nuestras vidas.
Te encomendamos nuestras familias, nuestros hogares, nuestras preocupaciones y nuestras esperanzas, confiando en tu intercesión poderosa y en la gracia abundante de Dios.
Que podamos seguir creciendo en amor y fidelidad a Dios, siguiendo tus pasos con humildad y devoción.
Por todo esto y mucho más, te damos gracias, oh San José Dormido, y te pedimos que sigas velando por nosotros y guiándonos en nuestro camino hacia la santidad y la vida eterna. Amén.
La mejor manera de pedir que se produzca un milagro, es orar y rezar pidiendo lo que necesitamos.
Enseña a tus hijos a rezar a la virgen María, y Ella cuidará de tu hijo, con la ayuda del ángel guardián.
Si te gustó la oración compártela en tus grupos preferidos, con tus seres queridos o con cualquier persona que pueda necesitarla.
Es una Bendición tenerte con nosotros.
¡Que tengas un día maravilloso y lleno de bendiciones!
Gracias por orar conmigo.
Enviado por: Dulce María. (México).