Pide abundancia con esta oración a la virgen de Guadalupe, y confía en el poder de Dios.
¿Estás atravesando un momento difícil en lo económico? ¿Sientes que las puertas se cierran y ya no sabes qué hacer?
Hoy la Virgen de Guadalupe te extiende su manto para cubrirte con amor, esperanza y ABUNDANCIA 💖 No ignores esta oración…
¡repite con fe y algo poderoso ocurrirá en tu vida!
Hoy te invito a hacer una pausa… Respira profundo, cierra los ojos y entrega tu necesidad al corazón amoroso de la Virgen de Guadalupe.
Ella no es indiferente a tu dolor, a tu ansiedad ni a tus preocupaciones económicas. Ella te escucha y te abraza con su ternura de madre.
Cuando el cansancio agobia, cuando las cuentas se acumulan, cuando las oportunidades parecen esfumarse… es allí donde más necesitas esta oración.
Porque María de Guadalupe no solo intercede, ella actúa.
Ella mueve montañas cuando oramos con fe y confianza.
Esta oración no es magia. Es un acto de amor, de entrega, de fe profunda en el poder infinito de Dios. Es mirar al cielo y decirle:
“Señor, tú eres mi proveedor, y por manos de tu Madre bendita, confío en que me darás todo lo que necesito”.
Haz esta oración cada mañana, con el corazón abierto, con humildad y confianza.
No te desesperes por lo que falta, agradece lo que tienes y permite que la gracia de Dios te sorprenda.
Porque sí, la abundancia también es para ti.
Repite esta oración con fe durante 7 días seguidos.
Guarda este video, compártelo con alguien que esté pasando por una necesidad, y deja que la Virgen actúe en su vida también. María nunca falla… y hoy quiere demostrarte cuánto te ama.
Virgen de Guadalupe, Reina de esperanza, intercede por mi hogar, por mi mesa, por mi corazón… que no falte el pan, que abunde la fe y que Dios sea siempre mi guía.
Oración a la Virgen de Guadalupe, para pedir abundancia y confiar en el poder de Dios.
Virgen Santísima de Guadalupe,
Madre amorosa y llena de gracia,
vengo ante ti con el corazón abierto,
cargado de necesidades, de esperanzas, de fe.
Tú que te apareciste al humilde Juan Diego,
tú que cubres con tu manto a todos tus hijos,
escucha hoy esta súplica nacida del alma:
una súplica de quien busca con urgencia la ayuda del cielo.
Tú que eres madre de los pobres y consuelo de los afligidos,
que intercedes por nosotros ante el trono de Dios,
no me abandones en este momento de necesidad.
Mira mi situación, Señora,
no como alguien que se desespera, sino como quien confía en tu poder,
como quien reconoce que de ti vienen consuelo, esperanza y respuesta.
Te pido, Virgen de Guadalupe, con toda humildad,
que extiendas tus manos benditas sobre mi hogar y mi vida,
que cubras mi mesa con tu manto de abundancia,
que limpies los caminos bloqueados,
y que intercedas ante tu Hijo Jesús
para que las puertas del cielo se abran sobre mí.
Tú sabes cuántas lágrimas he derramado en silencio,
tú conoces los pensamientos que me inquietan,
las noches en las que me acuesto con miedo al futuro,
las mañanas en las que me levanto sin saber cómo continuar.
Tú has visto cómo lucho,
cómo intento seguir adelante,
aunque mi corazón esté cansado,
aunque mis recursos se agoten,
aunque mis fuerzas flaqueen.
Pero hoy, Madre bendita,
no vengo solo a pedir,
vengo también a confiar.
Confío en ti, como niño en los brazos de su madre,
confío en tu amor, en tu poder de intercesión,
en tu ternura que sana, en tu mirada que levanta.
Confío en que tú puedes cambiar mi realidad,
que puedes tocar mi historia y transformarla con la gracia de Dios.
Por eso, desde lo profundo de mi alma,
te entrego mi necesidad económica,
esta situación que me preocupa y que no sé cómo resolver.
Te entrego las deudas que me pesan,
la incertidumbre que me inquieta,
los anhelos que llevo dentro y que aún no se cumplen.
Madre de la esperanza,
dile a tu Hijo que necesito un milagro.
Dile que su hijo o hija está esperando su bendición,
no con orgullo, sino con humildad,
no con exigencia, sino con confianza total.
Enséñame también, Madre querida,
a ser paciente en la espera,
a saber escuchar la voz de Dios,
a no desesperarme cuando todo parezca callado.
Enséñame a reconocer que la abundancia no solo es material,
sino también espiritual:
que la paz, la salud, el amor y la fe también son riqueza.
Pero si es voluntad del cielo,
haz que la prosperidad material llegue a mi vida,
para que no falte el pan en mi mesa,
ni la luz en mi hogar,
ni el bienestar en mi familia.
Ayúdame a administrar con sabiduría lo que tengo,
a dar con generosidad cuando pueda,
a recibir con gratitud y humildad.
Y sobre todo, a no olvidar nunca
que todo don viene del cielo,
y que tú, Madre de Dios y madre mía,
me acompañas siempre en cada paso.
Virgen de Guadalupe,
te entrego mi pasado, mi presente y mi futuro.
Toma mi historia rota, mis sueños detenidos,
mis miedos ocultos y mis ilusiones postergadas.
Ponlos ante tu Hijo Jesús
para que Él los bendiga con amor y poder.
Gracias, Madre santa, por escucharme,
gracias por consolarme,
gracias por no soltar mi mano cuando más lo necesito.
Hoy confío en que algo bueno está por llegar,
y cuando la bendición toque mi puerta,
te daré gloria a ti y al Señor,
y compartiré este testimonio para que otros también crean.
Amén. Amén, y Amén.
Enviado por: Dulce María. (México).
Pide abundancia con esta oración a la virgen de Guadalupe y confía en el poder de Dios.