Esto fue lo que realmente ocurrió el Viernes Santo ¡Te impactará!

Esto fue lo que realmente ocurrió el Viernes Santo ¡Te impactará!

Lo que ocurrió el Viernes Santo no fue solo una historia… fue el mayor acto de amor que el mundo ha visto. Hoy, tú también puedes tocar ese amor con esta oración.

Descubre la verdad profunda y conmovedora del Viernes Santo.

Desde el juicio ante Pilato hasta la crucifixión, revive los momentos que cambiaron la historia de la humanidad.

Una oración impactante te guiará a través del dolor, la fe y la esperanza que nos dejó Jesús.

Señor amado,
en este Viernes Santo, mi alma se arrodilla ante tu cruz.
Hoy revivo el dolor, la entrega y el amor infinito que mostraste por mí y por toda la humanidad.

Quiero comenzar esta oración recordando que no hay dolor más puro, ni amor más verdadero, que el que tú demostraste al dar tu vida por nosotros.

Jesús, en esa madrugada fuiste llevado injustamente ante Pilato.
Aunque él no halló culpa en ti, las voces del pueblo y de los líderes religiosos gritaron por tu muerte.

Tú, sin resistencia, aceptaste esa sentencia con humildad, sabiendo que era parte del plan divino para salvarnos.

Tu cuerpo fue azotado, desgarrado por los látigos romanos.
Y aun en medio del dolor, no proferiste queja.

Fuiste coronado con espinas, ridiculizado como un falso rey, pero en realidad tú eras y eres el Rey de Reyes.

Oh Jesús, qué grande es tu misericordia.

Luego, cargaste aquella cruz pesada, símbolo de nuestros pecados.

Caíste, te levantaste, y seguiste caminando.

Simón de Cirene fue llamado a ayudarte, y aún así, llevaste con dignidad ese madero hasta el Gólgota.

En cada paso, en cada herida abierta, ibas redimiendo a la humanidad.

En lo alto del Calvario, te tendieron en la cruz.

Tus manos y tus pies fueron atravesados por clavos, y con cada martillazo, un nuevo latido de amor nacía para nosotros.

Entre dos ladrones fuiste crucificado, como si fueras un criminal más.
Pero incluso desde allí, ofreciste perdón:

“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”

Oh Jesús, en esa cruz no solo soportaste el dolor físico, sino también el abandono, el rechazo, la burla.

Tus ojos buscaron a tu madre, María, y a tu discípulo amado.

Y aún agonizante, nos regalaste tu Espíritu con la mayor dignidad.

“En tus manos encomiendo mi espíritu”, dijiste, y el cielo entero se estremeció.

La tierra tembló, el velo del templo se rasgó, y todos supieron que verdaderamente tú eras el Hijo de Dios.

Jesús, en esa cruz sellaste el pacto eterno de amor.

Nos enseñaste que el sufrimiento no es el final, sino el camino hacia la redención.

Luego, un hombre justo, José de Arimatea, pidió tu cuerpo.

Te envolvieron en una sábana limpia, y te colocaron en una tumba nueva.

La oscuridad llenó los corazones, pero tú ya habías sembrado esperanza.

El mundo parecía derrotado, pero tú estabas preparando la mayor victoria: la resurrección.

Hoy, al contemplarte en la cruz, mi alma se quebranta.
No puedo quedarme indiferente ante tanto amor.
No quiero que tu sacrificio sea en vano en mi vida.
Por eso hoy, con el corazón abierto, te entrego mis pecados, mis dolores y mi historia.

Enséñame a amar como tú amas.
A perdonar como tú perdonaste.
A confiar como tú confiaste en el Padre, incluso en el momento más oscuro.

Señor, que este Viernes Santo no sea solo una fecha más.

Que sea un despertar en mi alma.
Una renovación de mi fe.
Una transformación real en mi vida.

Gracias Jesús, por tu entrega.
Gracias por tu cruz.
Gracias por mirar mi alma desde el madero, y no soltarme jamás.
Me aferro a ti, mi Salvador, mi Redentor, mi Dios. Amén.

Enviado por: Dulce María (México).

Esto fue lo que realmente ocurrió el Viernes Santo Te impactará.